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Con rentabilidad ajustada, los feedlots dan pelea

Si bien el valor de la invernada sigue con cotizaciones importantes, el negocio de compra – venta no se sostiene con el margen de kilos que se agregan a los costos de la alimentación.

El ingreso de hacienda vacuna a los feedlot muestran una retracción de 3 puntos porcentuales, al contabilizarse el 66,5 por ciento de la capacidad instalada, con respecto a agosto de 2020, indicó in informe elaborado por la Cámara Argentina de Feedlot.

Los datos fueron suministrados por los socios de la entidad y corresponden a los movimientos de ingresos y egreso de animales de sus respectivos establecimientos durante el mes de julio, también hacen referencia a su capacidad de encierre y al stock final de cada uno de ellos hasta agosto.

Según los datos destacados, el Índice de Reposición promedio de 1,23 por ciento indica que por cada animal vendido se repuso algo más de un animal y medio. En este sentido, el Índice de Ingreso Feedlot (IIF = ingreso / capacidad) fue en torno al 13 por ciento. Al respecto el presidente de la CAF, Juan Eiras, hizo referencia a la disminución en cuanto al encierre y señaló:

“Los stocks actuales en los feedlots son bajos en relación con años anteriores, venimos de un 2020 muy inestable tanto por la pandemia como por la macroeconomía que mostró un reservorio de valor en el precio de la invernada, que es nuestra materia prima. De esta forma, se fortaleció su cotización dado que ningún productor quería quedarse con pesos con lo cual estuvo muy demandado. Luego vino la suba internacional de granos que aumentó el costo de la alimentación y todo esto nos llevó hacia un desenlace de la suba del precio del gordo hacia fin de año”.

Frente a este escenario, y considerando el cierre de las exportaciones de carne a mediados de mayo, Eiras señaló: “Se logró sostener la situación y recuperar algo de márgenes. Pero lo sucedido en los últimos 90 días, con el cierre de las exportaciones (primero total y ahora parcial), hizo que se derrumbara el precio del novillo y la vaquillona pesada para consumo y esto genera que no haya un horizonte. En este sentido, el 60 por ciento de ocupación para la mayoría de los productores es como la línea de subsistencia, y en estas condiciones no se ve un negocio hacia adelante por lo cual la actitud del productor es muy cauta”.

Según el presidente de CAF, la rentabilidad de los feedlots en el corto plazo se ve muy comprometida. Si bien el valor de la invernada sigue con cotizaciones importantes, el negocio de compra – venta no se sostiene con el margen de kilos que se agregan a los costos de la alimentación. De esta forma, la rentabilidad a corto plazo se vislumbra inexistente.

Además, explicó: “Con esta situación amesetada en los engordes y con la reacción de la primavera en términos pastoriles, creemos que los niveles de oferta del gordo no van a ser importantes. Por otro lado, tenemos una moderación en la capacidad de consumo de la población sabiendo que muchos argentinos tienen dificultades para acceder al precio de la carne vacuna. A su vez, las restricciones a las exportaciones no hacen otra cosa que generar menor producción y en el mediano plazo generar incrementos al consumidor”.

La resiliencia del ganadero

Siguiendo esta línea, el sector de ganado y carnes tiene una inercia que escapa a las medidas coyunturales, “El ganadero tiene intrínseca las ganas de apostar al futuro, primero porque el mercado mundial muestra que la demanda de proteína animal va a estar sostenida por muchos años y segundo, por el arraigo de la ganadería y las ganas de mirar hacia el futuro”.

En cuanto al comportamiento de los establecimientos, se pudo obtener que el 51 por ciento está en llenado, el 32 por ciento vaciando con ingresos, el 11 por ciento vaciando sin ingresos, el 2 por ciento en stock constante y el 4 por ciento fuera de la producción.

Fuente: Noticias AgroPecuarias

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