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Cría: Los números siguen siendo buenos, aunque se deteriorar por inflación

En los primeros cinco meses del año se envió a faena un 11 por ciento más de vacas que lo registrado en 2021. Sin embargo, en igual período hubo un 3 por ciento menos de vaquillonas llegando a faena.

De acuerdo al último informe trimestral publicado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP) sobre Resultados Económicos Ganaderos, la situación para la cría sigue siendo buena.

Los márgenes actuales, medidos en moneda constante, siguen estando un 25 por ciento por encima del promedio de la serie, iniciada en junio de 2011, aunque -según se observa a continuación- comienzan a mostrar cierto deterioro contra inflación.

Tomando como referencia el modelo base de cría propuesto para la Cuenca del Salado, los números de mayo arrojan un margen bruto de $ 22.652 por hectárea, un 66,4 por ciento superior al cálculo que arrojaba un año atrás ($13.382 por hectárea) pero que, medido en términos reales ($21.086 por hectárea), se reduce a un 5,6 por ciento interanual.

Sin embargo, en los últimos dos trimestres, esta mejora real se ha ido erosionando; el Margen Bruto que ofrecía la cría en diciembre de 2021, medido en pesos constantes, significarían hoy unos $23.991 por hectárea, lo que refleja una pérdida 7 puntos en términos reales mientras que, comparado con los números ajustados del último trimestre ($24.256 por hectárea), la pérdida de valor real se incrementa a más de 8 puntos porcentuales.

Los costos totales que asume el modelo -tanto directos como indirectos-, aumentaron en el último año un 43 por ciento en términos corrientes. En tanto que, en lo que va del año, la suba nominal es del 22 por ciento ($8.218 por hectárea contra $6.752 calculados a diciembre de 2021).

Dentro de la composición, los costos indirectos (estructura, impuestos y amortizaciones) aumentaron un 25 por ciento mientras que los directos (personal, sanidad y alimentación) lo hicieron en un 14 por ciento, lo que denota el creciente peso de la estructura sobre la actividad productiva, que 10 años atrás representaba el 64 por ciento de los costos totales para este mismo modelo contra el 72 por ciento que representa actualmente.

Por su parte, los ingresos netos del modelo -dados básicamente por venta de terneros y vacas de descarte- aumentaron un 67 por ciento interanual y un 26 por ciento en lo que va del año, alcanzando los $24.962 por hectárea actuales. Es precisamente este indicador el que comienza a marcar un ligero deterioro contra inflación, considerando la aceleración que se observa en el incremento general de precios en los últimos meses, con una tasa acumulada del 29,3 por ciento en lo que va del año.

En este sentido, la desaceleración que reflejan los valores de la invernada guarda mucha relación. Si bien, nos encontramos en el período de mayor presión estacional, en lo que va de este año la caída real del precio del ternero supera el 15 por ciento mientras que, en igual período del año pasado la pérdida generada por esta presión estacional apenas registraba un 2 por ciento. No obstante esto, los valores del ternero siguen estando dentro de los máximos históricos, situándose un 30 por ciento por sobre el promedio de la serie, desde 2010.

En lo que respecta a las vacas de descarte, una caja que para la cría ha pasado a representar más del 30 por ciento de los ingresos, también se observa un comportamiento similar al reflejado en el precio de los terneros. En los últimos meses se ha registrado una importante salida de vacas de los campos que, sumado a la cautela que ha primado en la industria exportadora respecto de la evolución de las compras chinas, ha contribuido a deprimir los valores en términos nominales.

En los últimos dos meses la vaca para faena perdió cerca de un 10 por ciento en términos nominales que, sumado a una inflación de más de 5 puntos mensuales, acrecienta la pérdida real. Aun así, tal como se viene notando en los números de faena, sigue saliendo mucha vaca de los campos.

En los primeros cinco meses del año se envió a faena un 11 por ciento más de vacas que lo registrado en 2021. Sin embargo, en igual período hubo un 3% menos de vaquillonas llegando a faena.

Si bien parte de este menor arribo de vaquillonas se encuentra alineada también con la menor oferta de novillitos (-2 por ciento) -situación atribuible al alargamiento de las recrías-, en el caso de las hembras también podríamos estar ante una situación de mayor recambio de vientres, algo que se confirmará más adelante cuando aparezca toda la hacienda que recién en el último mes y medio ha comenzado a ingresar a los feedlots.

Actualmente, la relación de valores de una vaquillona preñada y una vaca de conserva -lo que se conoce como relación de reposición- sigue estando dentro de los niveles promedio. A pesar de la reciente baja en los valores de la vaca, hoy con la venta de 2,3 vacas de conserva es posible reponer una vaquillona preñada. Si bien hasta marzo este indicador se encontraba por debajo de los 2 puntos, aun sigue estando en niveles que favorecerían la reposición.

De acuerdo al último inventario ganadero medidoa diciembre del año pasado, el rodeo nacional contaba con 22,7 millones de vacas y 7,7 millones de vaquillonas. Comparado con los números de diciembre de 2020, durante el último ciclo el stock de vacas se redujo en 217.000 cabezas mientras que el de vaquillonas se incrementó a 38.000. Si bien el cambio es incipiente, se trata del primer ciclo en mostrar un resultado positivo en 5 años de caída.

Fuente: BCR

Ganadería

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