Las consecuencias del evento La Niña siguen bien presentes en la mayor parte del territorio nacional y la sumatoria de tres años consecutivos de sufrir la misma situación agravan aún más las características hídricas del país.

Octubre suele ser el primer mes en el cual se empiezan a notar situaciones más típicas de la primavera, ya que por lo general se retrasa la llegada de días cálidos y húmedos.

Durante el próximo mes podría observarse un leve repunte sectorizado de las lluvias en distintos puntos del país, sobre todo hacia el último tramo del mismo, indicó el meteorólogo Leonardo De Benedictis.

“Se ven cuestiones algo más alentadoras para la porción central y noreste del país, con lluvias que se presentarían cercanas a los parámetros normales, incluso con núcleos que podrían ser superiores”, estimó el especialista.

Asimismo, aclaró que “estas características nos siguen marcando la elevada probabilidad de presentar lluvias en formas localizadas y bien puntuales, con una gran variabilidad espacial sobre el centro y norte del país, lo que podría provocar escenarios muy diversos en cortas distancias”.

Temperaturas

Por otra parte, De Benedictis hizo notar que las temperaturas también son un factor clave en este tipo de condiciones, ya que se suele observar un retardo de la retirada de los pulsos de aire frío sobre el centro del país. Por tanto, “la situación suele ser propensa a tener pulsos de entrada de aire frío muy tardíos, y que los mismos sean tan significativos como para poder generar heladas tardías en la porción central del país”.

“Si bien en este octubre en particular se observa una cierta tendencia a que aumenten los niveles térmicos, no hay que dejar de lado la gran variabilidad de las temperaturas a lo largo de los meses de primavera, y fundamentalmente octubre, que suele ser un período de transición, lo que puede seguir impulsando a una gran amplitud térmica tanto día a día como dentro de la misma jornada”, señaló.

Finalmente, De Benedictis explicó que “el motivo de la gran variabilidad térmica es justamente la ausencia de humedad, por lo que los años secos suelen ser muy vulnerables a los cambios bruscos de temperatura y como consecuencia, son más propensos a generar heladas tardías”.

Fuente: Meteored