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El dilema del productor ¿Cosechamos la soja, si o no?

La Bolsa de Cereales de Entre Ríos y la Facultad de Ciencias Económicas de Universidad Nacional de Entre Ríos, efectuaron un informe para analizar las decisiones de cosecha para el cultivo de soja según los impactos de la sequía.

Teniendo en cuenta el último informe del Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) que presenta los rendimientos esperados de los cultivos de soja en torno a los 1.000 kg/ha utilizando los datos de colaboradores, y a su vez, con el complemento de un modelo predictivo a partir de tecnología satelital, que estima en base al índice NDVI (Índice de vegetación de diferencia normalizada) rendimientos cercanos a los 250 kg/hectáreas.

Cabe aclarar que dicha información refiere a valores promedios, es decir que para el caso particular de cada productor puede variar obteniendo rindes por hectárea por encima o por debajo de los promedios mencionados.

Al tratarse de valores históricamente bajos, cabe preguntarnos si es conveniente para ciertos productores que obtengan rendimientos inferiores a los promedios efectuar la cosecha, debido a que conlleva un costo, sumado a la comercialización del grano.

Para responder esta pregunta se utiliza el cuadro de resultados económicos por hectárea, donde el ingreso depende los rendimientos obtenidos y el precio del grano al momento de cosecha; en segunda instancia tenemos a los costos que incluye aquellos referidos a la siembra, arrendamiento, comercialización y cosecha.

Los dos primeros se tratan de erogaciones ya ejecutadas o comprometidas por los productores, mientras que los costos de comercialización y cosecha no se efectúan en caso de que se decida no realizar la cosecha. De esta forma, para que resulte conveniente realizar la cosecha se deberá dar la siguiente condición: INGRESO > (COMERCIALIZACIÓN + COSECHA)

Se puede realizar un ejercicio con los valores obtenidos en el informe del SIBER: con un rendimiento de 250 kg/ha y un precio a cosecha de 400 u$s por tonelada, tendríamos un ingreso de u$s 100 por hectárea, descontando u$s 12 de comercialización y u$s 60 de cosecha; nos daría un resultado de u$s 28 dólares por hectárea.

Cabe aclarar, que dicho resultado no se trata de un beneficio económico, faltarían descontar costos sumamente relevantes como los referidos a siembra (labores e insumos), arrendamiento (si corresponde), y otros no menos importantes que definen el margen neto como impuestos, gastos de estructura, etc.

Lo que se quiere transmitir es que, obteniendo este rinde, sí resulta conveniente efectuar la cosecha, ya que esos u$s 28 por hectárea pueden ser utilizados para afrontar los demás costos. Para un caso de soja de primera en campo propio, el margen bruto es de u$s -359 si se cosecha y u$s -387 si no se cosecha, por lo tanto resulta una buena decisión efectuar la cosecha para disminuir pérdidas.

Las variables que van a definir el “punto de equilibrio” de rendimientos por hectárea a partir del cuál resulte conveniente cosechar puede ir cambiando según: el precio de la oleaginosa y los gastos de cosecha que se negocien con el contratista. Para ello se propone el siguiente cuadro de análisis de sensibilidad:

Análisis

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