Las pasturas de alfalfa cumplen un rol central en la alimentación de los rodeos ganaderos, debido a que permiten asegurar una buena oferta de forraje para los sistemas pastoriles durante la primavera, verano y el otoño.
Por esto, un equipo de investigadores del INTA, brinda algunas pautas para optimizar el manejo del pastoreo, lo que permitirá obtener la mayor cantidad y calidad de pasto posible y, a la vez, lograr hasta un 30 por ciento más de producción de carne por hectárea.
En Argentina, la recomendación tradicional utilizada para el manejo de la alfalfa, durante la primavera-verano es pastorear bajo un manejo rotativo e ingresar con los animales a las parcelas cada vez que se logra el 10 por ciento de floración. Se trata de práctica desarrollada en América del Norte para sistemas que se dedican a la conservación de forraje (heno, silaje).
Sin embargo, Germán Berone y Cecilia Sardiña, ambos investigadores del INTA Balcarce y General Villegas, respectivamente, junto con DerrickMoot, investigador y profesor de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de Lincoln –Nueva Zelanda– avanzaron en el diseño de una nueva forma de manejo adaptada a las condiciones de la región pampeana que permitió obtener la mayor cantidad y calidad de pasto posible y, a la vez, lograr hasta un 30 por ciento más de producción de carne por hectárea.
“En primavera se debe comenzar a pastorear anticipadamente a cualquier signo visible de floración –entre 15-20 centímetros de altura– y luego se debe mantener una frecuencia o vuelta de pastoreo entre franjas de modo tal que la altura pre-pastoreo no supere los 30-40 centímetros de altura”, asegurando un remanente de 5-7 cm, explicó Berone.
De este modo, un pastoreo frecuente y una altura y biomasa pre-pastoreo no excesivas determina que en el remanente post-pastoreo haya presencia de hojas con alta capacidad fotosintética y muchos tallos que facilitan un rápido rebrote de la pastura, a la vez que evitan el uso de reservas de C y N de las raíces para el próximo rebrote. “Esto nos asegura una adecuada producción de forraje, sin verse afectada la persistencia de las plantas”, puntualizó Sardiña.
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