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La soja y el girasol se trató en la Región CREA Sur de Santa Fe

Elección de la semilla, su sanidad y la disponibilidad del agua en el suelo, las claves para la próxima campaña de soja.

Recomendaron hacer análisis de semilla para ver su carga fúngica y poder germinativo, elegir variedades según cada planteo y sobre todo prestar atención a la porosidad del suelo, el agua no se mide en el pluviómetro sino en lo que ingresa al suelo según su porosidad.

Con más de 160 asistentes en las instalaciones de la Sociedad Rural de Venado Tuerto se desarrolló una nueva jornada de capacitación técnica organizada por el Grupo CREA Sur de Santa Fe, esta vez para revisar las variables que son determinantes para la próxima campaña de soja y girasol.

La apertura estuvo a cargo del Economista Gustavo Lazzari quien se refirió al Plan económico en marcha y definió algunos escenarios posibles sobre todo teniendo en cuenta la oscilación del precio de los granos en los mercados internacionales.

Seguidamente el Meteorólogo Leonardo De Benedictis abordó uno de los temas que más desvelan hoy al productor, la proyección climática: “Si bien está instalado que vamos hacia un evento de la niña, cabe aclarar que es una situación mucho más limitada, lo cual es positivo para la región. Es el escenario más benévolo para lo que es un año de bajas precipitaciones. También la clave es que el productor haga un diagnóstico sobre su situación particular ya que las reservas de agua varían mucho según los lotes”.

Semillas de soja, el punto de partida

La elección de la semilla y que esta tenga las propiedades adecuadas para lograr una buena germinación estuvo a cargo del Ing. Agr. Julián García Director Técnico del Laboratorio Oro Verde Servicios de Rio Cuarto.

“La sanidad de la semilla en Argentina es dispar, no existe la semilla sin carga fúngica, pero hay zonas donde está con muchos patógenos y otras donde hay buenos lotes de semillas sanas. Por eso es importante conocer la calidad de la semilla haciendo análisis. Se puede saber el vigor y poder germinativo. Es un error quedarse con análisis viejos porque la semilla está viva y se manifiesta en una semilla que está guardada hace varios meses. El análisis de semilla es información de valor. Es importante el curado de la semilla, y además vamos hacia un mix, son años en que los tratamientos de semillas biológicos están dando buenos resultados pero cuando la carga fúngica es alta hace falta sumar un tratamiento químico”, afirmó.

Al respecto los Ingenieros Agr. Matías Romito, Gabriel Magnabosco integrantes de grupos CREA Santa Fe y. Guido Di Mauro UNR presentaron un análisis histórico de la Región, dieron líneas agronómicas a tener en cuenta y un mapa de la Red de variedades de soja y sus resultados en la zona.

Según Di Mauro: “Vinimos a presentar los últimos resultados de la campaña de soja adaptados a la Región CREA Sur de Santa Fe contando cómo fue el rendimiento medio de los materiales y algunos resultados de los análisis de estabilidad de rendimientos a través de distintos ambientes productivos de la región. La red evalúa grupos 4 y grupos 3. Encontramos un grupo de cuatro genotipos que se destacaron sobre los demás. Algo que hacemos en general, más allá de los resultados de rendimientos, es caracterizar cada sitio de producción desde la parte edáfica con análisis de suelo y agua útil a la siembra y se suman al análisis las precipitaciones que hubo”, explicó.

No es lo mismo hacer siembra directa que sembrar directamente. A su turno el Ing. Agr. Rodolfo Gil, ex investigador de INTA y actual Director Académica del Programa Chacras de Aapresid explicó cómo funciona la física del suelo y la productividad del agua.

“En la historia de agronomía siempre está la posibilidad de la mejora continua pero en el caso particular de la siembra directa creo que urge corregir algunos aspectos que pasan por la toma de conciencia en cómo armar un sistema basado en la siembra directa, que no es la meta, es el camino que permite alcanzar resultados y esa meta se llama agronomía sustentable. Por eso es importante proteger la biodiversidad y la salud del suelo tanto física, como química y biológica. Eso nos permite mejorar la eficiencia de uso del agua y nutriente evitando procesos de erosión. Ahora si creemos en que la siembra directa simplifica todo estamos equivocados. La falta de rotaciones, el exceso de transito de maquinarias, la falta de fertilización y sin manejo integrado de plagas, malezas y enfermedades la siembre directa no alcanza. Las plantas necesitan agua, el suelo tiene la posibilidad de almacenar agua, y esa capacidad depende de la textura que es lo que regula la capacidad de retener el agua en el suelo y tenerla disponible para la planta. Pero eso depende de los poros más grandes y eso es la estructura que sí es nuestra responsabilidad porque tiene que ver con la materia orgánica, con la actividad de raíces, con los procesos biológicos del suelo y más. Cuando deterioramos el suelo lo que destruimos los poros grandes que son los que permiten que el agua se infiltre, por eso muchas veces las lluvias efectivas muchas vece no alcanzan al 50% de lo que está lloviendo porque el suelo no es capaz de almacenarla”, disparó.

El girasol desde el norte

Finalmente, Miqueas Sandoval y Sebastián Zuil dieron tips para la campaña girasolera.

Entre las recomendaciones que dejaron se destacan: sembrar en la fecha de siembra adecuada, en lotes con buena disponibilidad hídrica, en suelos profundos y sin limitantes físicas. La fertilización debe estar en sintonía con el potencial de rendimiento.

El barbecho debe asegurar el control de malezas, utilizar semilla curada. “El girasol es un cultivo que necesita humedad pero sobre todo temperatura, esa es la clave para una germinación ideal” sostuvo Ing. Sandoval y Ing. Zuil.

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